Teotihuacan , ese 'lugar donde los hombre se hacen dioses', estuvo viva entre los siglos II a.C. y VII d.C. en México. Esta importante ciudad prehispánica es una de las maravillas arqueológicas del mundo por sus impresionantes construcciones, como la pirámide del Sol o la pirámide de la Luna, unidas por la Calzada de los Muertos; el bellísimo palacio de los Jaguares o el templo de Quetzalcóalt (templo de la Serpiente Emplumada). Ahora, cuatrocientas de esas piezas llegan al CaixaForum Madrid, dentro de la exposición 'Teotihuacan, ciudad de los dioses'.
La muestra, abierta desde este miércoles hasta el 13 de noviembre, contiene magníficas pinturas murales, donde el color predominante es el rojo, a veces mezclado con tonalidades verdes. La piedra es el elemento principal de todas las esculturas, al igual que en las joyas o figurillas que representan a los personajes de aquella época desarrollando sus labores. Las vasijas o recipientes de cerámica se hacían con el destino de 'ser matados' para luego ser elaborados de nuevo, lo que significaba un símbolo de ofrenda. Otro de los famosos rituales era cubrir con una sábana al difunto y ponerle una máscara, con motivo de rendirle tributo.
En algunas esculturas se muestran las relaciones comerciales y económicas entre los teotihuacanos y los guatacos gracias a la incursión del 'jade', un precioso mineral de color verde originario de algunos ríos de Guatemala. Todos estos elementos representan tanto las relaciones y formas de vida y rituales, donde destaca Tláloc (dios de la lluvia y a fertilidad), como el urbanismo de Teotihuacan. «Pensaron mucho en la geografía a la hora de hacer el plan urbanístico. Es una réplica geométrica del paisaje geográfico», explica Alfonso de María, profesor y director general del Instituto Nacional de Arqueología e Historia de México.
Fuente:http://www.laverdad.es
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