Un templo que data del periodo Mochica Temprano (300 a 500 d.c) y 14 tumbas intrusivas, entre ellas la de un sacerdot2, de un adulto decapitado y de varios niños, fueron descubiertos en el sector Arenal del Complejo arqueológico Ventarrón-Collud-Zarpán del distrito de Pomalca.
Según informa el arqueólogo Ignacio Alva Meneses, el recinto religioso fue construido en varias etapas y en su interior se hallaron las tumbas intrusivas, las cuales son posteriores al abandono del uso ritual del templo. “Es una estructura cuadrangular, tiene rampas internas. En un momento tuvo un espacio interno que fue rellanado periódicamente a través de la secuencia constructiva y luego se transformó; ya no en un espacio interno, sino en una plataforma. Evolucionó de ser un espacio vacío como un gran recinto a elevarse y constituirse en una plataforma.” precisó el arqueólogo quien señaló además que se ha encontrado una serie de remodelaciones que lo hicieron crecer en altura.
Alva afirmó que las tumbas no pertenecen a la función original del templete y descartó además que se trate de un templo administrativo como los que hay en Huaca Rajada-Sipán, en ese sentido, el investigador aseveró que, posiblemente, la estructura fue usada para rendir culto al paisaje y de alguna manera contemplar la montaña.
El arqueólogo destacó la tumba 11, que contiene dos adultos, uno de los cuales correspondería a un individuo decapitado rodeado de ceramios con imágenes diversas que representan personajes. Entre los objetos se encuentra ceramio con una escena de venados, felinos, dignatarios y el dios del maíz, a través del cual se puede inferir que las tumbas pertenecen a la época Mochica Tardío. Alva indica además que encontraron una vasija en donde se representa el ritual de decapitación, que es poco frecuente en la arqueología, y cuya imagen del dios Decapitador aparece sin cabeza.
“Se decapita el cuerpo al mismo tiempo que se decapita la pieza de cerámica y precisamente esa pieza de cerámica representaba un decapitador; hay una relación metafórica entre el decapitado y los objetos que lo acompañan”, explicó.
En otra tumba cercana, a tres metros de profundidad, se descubrió el entierro de un adulto con la cabeza orientada hacia el sur, como era costumbre entre los mochicas con cierta jerarquía. El cuerpo originalmente habría estado envuelto en un fardo de fibra vegetal y entre las ofrendas se hallaron restos de camélidos y diez vasijas que corresponden a cuencos, cántaros, crisoles y piezas escultóricas, entre las que destaca un vaso o huaco retrato con asa estribo trasversal, que representa la cabeza de un jefe mochica. Además, se encontraron dos copas cónicas, que se vinculan en esta cultura a los sacerdotes y sacrificios, y una vasija de un sapo estilizado que en los mitos mochicas se asocia a la fertilidad y los entierros
Fuente:www.travelupdate.com
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