Álvaro de Mendaña (Congosto, 1542) tenía apenas 25 años cuando partió de El Callao, en Lima, el 19 de noviembre de 1567 en busca de unas islas llenas de oro de las que hablaba la leyenda. Se creía que las minas de Ofir del rey Salomón se encontraban en los mares el Sur y las costas de Nueva Guinea. Mendaña era el sobrino de Lope García de Castro, que ejercía como virrey del Perú y fue el encargado de dirigir la expedición española hacia la supuesta «Terra Australis Incognita».
Unos 160 hombres, entre los que se encontraban cuatro frailes franciscanos, embarcaron a bordo de «Los Reyes» y «Todos los Santos» que capitaneaban Pedro Sarmiento de Gamboa y Pedro de Ortega. Tenían el deber de explorar y descubrir, dibujar mapas, informarse de los recursos y costumbres de los indígenas y evangelizar las islas.
«No habían pasado tres semanas del comienzo de la expedición cuando el oficial de la Audiencia escribió irónicamente al Rey: dicen que las islas llamadas Salomón están situadas en esta dirección, «y aunque no ay quien las aya visto ni saben donde estan, dizen que las ay y que ay mucha gente», recordaba Celsus Kelly en su artículo «Una hazaña que se adelantó a la del capitán Cook» en ABC en 1967.
Nativos antropófagos
A los 80 días de su partida divisaron la primera de las islas Salomón, Santa Isabel, a donde llegaron el 7 de febrero de 1568. Los indios de la isla de Santa Isabel comían carne humana. «El cacique envió de presente a Mendaña un cuarto de un brazo con su mano de un muchacho, que el español enterró allí mismo ante el asombro del indio», se recogía en un artículo de ABC en 1964.
Desde allí y a bordo de un pequeño barco construido en el lugar, el «Santiago», exploraron las islas cercanas de Ramos (Malaita), La Galera, Buena Vista, Flores, San Dunas, San Germán, Guadalupe, Guadalcanal , San Jorge, San Nicolás, Arrecifes, San Marcos (Choiseul)... una veintena de islas a lo largo de seis meses.
Mendoza aprendió a defenderse en algunas lenguas locales, lo que le permitió conversar con los indígenas. Escribirá a Felipe II contándole una conversación con un jefe de Santa Isabel, Bile Banharra: «Le hice comprender que estaba sujeto a Vuestra Majestad y que yo había venido a su país por orden vuestra, para encontrarle a él y a los otros «tauriquis» (jefes) y para llevarles al conocimiento de Dios y de nuestra santa Fe Católica. Él escuchó todo con atención, después me preguntó dónde estaba el rey de Castilla......».
Las relaciones con los habitantes de las islas Salomón fueron dispares. Algunos manifestaron su voluntad de amistad. El inspector de la Corona que debía escribir el relato detallado del viaje, Gómez Hernández Catoira, destacó cómo Bile Banharra no dejaba de repetir «Mendaña, Mendaña» para no olvidar el nombre.
El 11 de agosto salieron de regreso a América, cuando las provisiones comenzaban a escasear. El 22 de julio llegaban al puerto de Lima tras 22 meses de expedición en la que 35 hombres murieron.
El segundo viaje
Durante veinticinco años Mendaña intentó volver a las islas Salomón hasta que un nuevo virrey, García Hurtado de Mendoza Marqués de Cañete, patrocinó un segundo viaje con el objetivo de establecer una colonia e impedir que se convirtiera en un refugio para los piratas ingleses en el Pacífico. Unas 400 personas participaron en esta expedición que descubrió las islas Marquesas, bautizadas así en honor de la mujer del virrey.
Exploró las islas del sur del archipiélago y fundó una colonia en las islas Santa Cruz, pero enfermó de malaria y murió el 18 de octubre de 1595. La situación estaba descontrolada, los soldados cometían todo tipo de excesos con la población e incluso hubo un intento de rebelión. La mujer de Mendaña, Isabel de Barreto, tomó el mando y tras múltiples contratiempos logró llevar la expedición a Filipinas. Solo una de las cuatro naves con las que partieron de Perú llegaría a Manila en 1596 capitaneada por el portugués Pedro Fernández de Quirós.
Perú conmemoró la navegación de Álvaro de Mendaña en su cuarto centenario con un monolito inaugurado en 1967 por el entonces presidente peruano Fernando Belaúnde.
pues viva el Bierzo!!!(leon-españa)...viva las islas salomon y las marquesas y las demas!!!
ResponderEliminarah..y viva.congosto!!!
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