Al menos eso es lo que se pensaba hasta la llegada del investigador Chris Maxworthy, perteneciente a la Asociación Australiana para la Historia Marítima. Y es que -según afirma la versión digital del diario «Daily Telegraph»-, este experto ha descubierto una serie de documentos en los archivos de la marina de nuestro país que atestiguan que, en 1793, Carlos IV ideó un plan para asaltar Australia con una armada de más de 100 navíos. ¿El objetivo? Arrebatársela a los presuntuosos lords británicos y conseguir «llevar la lucha contra los británicos al Pacífico», según se puede leer en los susodichos documentos.
A sangre y fuego
Carlos IV, el orfebre de esta curiosa estrategia planeada en 1793 |
Este curioso plan tomó forma más una década después de que, en 1780, el capitán James Cook –de la Royal Navy- tomara posesión de la región en nombre de Gran Bretaña. A su vez, se planeó una vez que, en 1788, los británicos decidieran convertir la isla en una colonia penal a la que llevar los miles de presos que copaban las prisiones de su país.
«El plan era atacar Sydney desde las colonias españolas en América del Sur con una flota de 100 buques de tamaño medio», señala el investigador en declaraciones recogidas por el diario británico. La finalidad, como explica el propio Maxworthy, era luchar por la supremacía del Pacífco contra los ingleses invadiendo la región y lograr, de esta forma, que no fuese utilizada para causar daños a los intereses comerciales que nuestro país tenía en las Américas y Filipinas.
A su vez, los documentos hacen referencia a la recomendación de usar munición incendiaria para lograr minar la moral de los británicos (a base, nunca mejor dicho, de sangre y fuego). «El objetivo era que los británicos entregaran totalmente Australia y luego expulsarles de aquella tierra. La munición «al rojo» se iba a usar no sólo para destruir los objetivos enemigos situados en tierra, sino también para producir incendios en los múltiples edificios de madera y generar pánico», destaca el experto.
Un plan que no se llevó a cabo
El plan español para tomar esta región no fue el único con patente europea. De hecho, los holandeses y los franceses ya ansiaban por aquel entonces sentar sus posaderas en esa deseada tierra del Pacífico Sur. Sin embargo, abandonaron sus planes por ser extremadamente dificultosos y por considerar que Australia no era todo lo idónea que debía ser.
El plan español, por el contrario, siguió activo durante varios años. Concretamente, se creó después de que el comandante italiano al servicio de España, Alejandro Malaspina, informara al Gobierno de que Gran Bretaña no sólo pretendía llenar Australia de convictos, sino que también buscaba utilizar la región con fines comerciales. A su vez, explicó al monarca español que la colonia podía ser utilizada como base para lanzar un ataque contra los territorios españoles.
José de Bustamante |
Malaspina recibió el apoyo de su segundo en la expedición, José de Bustamante y Guerra, quien –según los documentos encontrados– fue el que propuso la invasión militar a Carlos IV. Al monarca debió gustarle la idea, pues envió a este marino a Montevideo para que comenzara a dar forma a una gigantesca flota con la que asaltar la región. «Bustamante fue el encargado de defender América del Sur de una invasión británica y llevar la lucha a los británicos en el Pacífico», añade el experto.
Tras la salida a la luz de estos documentos, algunos historiadores se han atrevido a afirmar que los españoles llegaron a conquistar la colonia durante un breve periodo de tiempo, hasta que volvió a ser retomada por los británicos. Fuera como fuese, lo único cierto es que el plan fue cayendo en el olvido hasta que, por una causa u otra, se abandonó.
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