John Franklin y su tripulación, formada por 128 hombres, buscaban el paso del noroeste entre los océanos Atlántico y Pacífico cuando se atascaron en el hielo. No hubo supervivientes y los barcos desaparecieron. Durante cinco años, de 1848 a 1859, se puso en marcha una operación de rescate que en un primer momento fue 'dirigida' por la mujer de Franklin y a la que se sumaron más de 50 grupos, pero sin resultado.
Localizar el segundo barco
El descubrimiento significa cerrar un gran misterio naval. "Estoy encantado de anunciar que la expedición Victoria Estrecho ha resuelto uno de los misterios más grandes de Canadá" comentó Harper en un comunicado. "Encontrar el primer buque, sin duda, proporciona el impulso necesario para localizar su nave hermana y averiguar más sobre lo que pasó con la tripulación de la expedición Franklin", ha añadido.
El misterio se había apoderado de los canadienses durante generaciones, en parte debido al terrible destino de la tripulación. Cuentos transmitidos a través de los pueblos aborígenes describen barbaridades sobre el destino de los marineros, como que practicaron el canibalismo entre ellos al encontrarse desesperados.
Harper, que ha visitado el territorio ártico de Nunavut todos los años desde que asumió el poder en 2006, ha asegurado que el descubrimiento fue un momento histórico para Canadá. "Los barcos de Franklin son una parte importante de la historia de Canadá, dado que sus expediciones, que tuvieron lugar hace casi 200 años, sentaron las bases la soberanía en el Ártico".
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