De una extrema crudeza, los relatos originales de la tradición alemana reflejaban la dura vida en la Edad Media, donde la violencia, la hambruna o las torturas estaban a la orden del día. Sin embargo, Jakob y Wilhelm Grimm fueron modificando edición a edición estos aspectos para hacerlos más inocentes y adaptarlos al gusto del público más burgués.
Uno de los casos más macabros es ni más ni menos que el ahora “dulce” cuento de Cenicienta. En él,las crueles y envidiosas hermanastras deciden cortarse un talón y un dedo para que sus píes entrasen en el famoso zapato de cristal perdido y poder así convertirse en princesas. Como consecuencia de su engaño y de las terribles fechorías a las que habían sometido durante toda su vida a la Cenicienta, son castigadas cuando unos cuervos les arrancan los ojos.
Otro gran cambio que se ha ido modificando poco a poco es el malo del cuento, que en lugar de ser la terrible madrastra, solía ser la propia madre biológica. Es el caso de Hansel y Gretel, que son abandonados en el bosque por su propia madre, fruto de la hambruna que sufrían en la casa. “¿Quieres, pues, que nos muramos de hambre los cuatro? ¡Ya puedes ponerte a aserrar las tablas de los ataúdes!”, intentaba convencer al padre para cumplir sus intenciones.
Otra madre con poco espíritu maternal era la de Blancanieves que tras numerosos intentos de matar a su hija fruto de la envidia a su belleza fuecastigada bailando hasta la muerte con unas zapatillas de fierro calentadas al rojo vivo.
La hambruna es nuevamente la que obliga a los padres de Rapunzel a entregar a su hija a una malvada bruja. La joven, encerrada en una alta torre, recibe las visitas de un apuesto príncipe hasta que la bruja descubre que la ha dejado embarazada de mellizos y decide cortarle la larga trenza por la que el joven subía.
La versión original de la Bella Durmiente, también muy distinta de la versión de los hermanos Grimm, y más aún de la inocencia de la película de los dibujos animados. En ella no hay hadas ni grandes príncipes, sino el cadáver de una joven que tras pincharse con una astilla envenenada es abandonada en un bosque, hasta que un noble la encuentra y no contento con besarla, abusa de ella. Nueve meses después da a luz a dos gemelos, y cuando uno de ellos intenta desesperadamente cogerse al pecho, empieza a succionar el dedo donde estaba alojada al astilla, devolviéndola a la vida.
Otros cuentos infantiles mucho menos conocidos como 'Los doce hermanos' o 'La niña sin manos' no se quedan atrás en una constante donde los castigos, avaricias y traiciones de sus protagonistas serían fácilmente calificadas de 'no apto para todos los públicos' según los patrones de nuestros días.
Fuente. http://www.teinteresa.es
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