Mitos en la historia de la navegación

La historia de la navegación es "casi" tan antigua como las primeras civilizaciones. Los egipcios, Fenícios (los que sabemos que eran grandes navegantes), la poderosa Grecia y más tarde Romanos y Cartagineses son el claro ejemplo de la capacidad naval de estos marineros que ya fuese por causas bélicas o comerciales. dominaron los mares y expandieron sus culturas, sus mitos y  miedos.
Desde el principio de los tiempos el hombre relaciono el mar con lo desconocido o lo misterioso, algunos afirmaban que su extensión era tan inmensa que llegaba al país de los muertos. Uno de los mitos más conocidos es el de las sirenas, donde se mezclan las mujeres y el mar, dos elementos que los marineros siempre catalogaron como reclamo a la mala suerte. Se solía culpar a estos seres mitológicos de las desapariciones de los barcos y sus tripulaciones.
Curiosamente es en la mitología Griega se nos relata el encuentro entre Ulises o Odiseo con estos seres llamados sirenas (se representan como seres alados, y no como mujeres con cuerpo de pez). Ulises pide ser atado al mástil de su barco para no caer en sus manos, o naufragar.

Más tarde otro pueblo de grandes navegantes serían los Nórdicos, sembrando el terror desde Noruega a Inglaterra y España.
Estos "Vikingos" con sus naves veloces, estables y fáciles de manejar se dice que incluso crearon colonias en el norte de América. Como cualquier otro pueblo navegante contaban con su monstruo marino, este según la mitología se llamaba Jormungander, Una serpiente gigante marina expulsada por Odín a las profundidades del océano.

Con la llegada de los siglo XV y XVI aparecen nuevas naves como carabelas y galeones, esto y la utilización de la brújula permitió a esta nueva remesa de marineros adentrarse hasta los margenes de los océanos.( las primeras pruebas de la utilización de la brújula se datan en el siglo IX en china).
Las sirenas, ahora si representadas con cuerpo de mujer y cola de pez, siguen rondando las profundidades pero comparten espacio con nuevos seres destructivos y de grandes dimensiones como el Kraken.
Representado como un calamar o un pulpo gigante podía llegar a medir 15 metros y mandar a las profundidades  a cualquier tipo de nave por su fuerza descomunal ayudado de sus tentáculos.
La religión católica y la lógica borran de un plumazo los seres mitológicos antiguos, pero el hombre busca nuevas representaciones a sus miedos y aquello que desconoce

El trafico oceánico creció en los siglo XVII y XVIII, el incremento de comercio con Oriente obligó a crear naves más rápidas para el transporte de té y especias.La velocidad del viaje incrementaba el precio para la mercancía lo que representaba un buen negocio para la compañía, los miedos se reducen a supersticiones como la de no navegar el primer lunes de abril  por ser este el día en que nació Caín y el mismo día en el que llevó a cabo su asesinato.
Tampoco era buen día el segundo día de agosto, por ser este el supuesto día de la destrucción de Sodoma por la ira de Dios, y creencias religiosas de todo tipo.
Los terrores del mar pasan a tener aspecto humano y navegar bajo bandera pirata, o de compañías rivales.
Con la llegada del casco de hierro en los buques y el motor de vapor los océanos despejaron muchos de sus misterios, lo que obligo de nuevo a los navegantes a buscar nuevos mitos y representaciones, estas se plasmaron a modo de leyendas sobre barcos fantasmas o desapariciones misteriosas en pleno océano.
Estas barcos fantasma navegarían los mares de todo el mundo tripuladas por seres victimas de un desagradable naufragio o condenadas por algún tipo de maldición.a vagar en busca de almas.
Algunos de estos famosos barcos serían el Holandés herrante, el Caleuche o el Mary Celeste.

El escritor inglés Arthur Conan Doyle escribió una historia de ficción, J. Habakuk Jephson's Statement, sobre el tema, historia que levantó gran revuelo en su día, siendo juzgada como verídica por una gran parte de la prensa.