jueves, 4 de junio de 2015

El Pene marca el camino al lupanar.

El comercio sexual no se limitaba en Pompeya al célebre lupanar. La prostitución era moneda común en tiendas y tabernas, pero el sexo era una realidad omnipresente en la ciudad del Vesubio, una realidad que los romanos vivían sin complejos.
Por eso hay falos dibujados, esculpidos y tallados sobre los dinteles, en los hornos de pan, tallados en la calzada, y miembros con campanillas que sonaban al abrirse la puerta o agitarse el viento. Incluso penes con alas.
En la imagen podemos ver uno de esos falos en una calle de la ciudad, el cual indica la dirección al lupanar (para los que no sabían leer o no hablaban la lengua)


No hay comentarios:

Publicar un comentario