Por eso hay falos dibujados, esculpidos y tallados sobre los dinteles, en los hornos de pan, tallados en la calzada, y miembros con campanillas que sonaban al abrirse la puerta o agitarse el viento. Incluso penes con alas.
En la imagen podemos ver uno de esos falos en una calle de la ciudad, el cual indica la dirección al lupanar (para los que no sabían leer o no hablaban la lengua)
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