El objetivo de los ingenieros es determinar si el presunto caza furtivo es realmente indetectable a los radares. Durante este proceso, se descubrieron nuevas pistas que demuestran lo cerca que estuvieron los ingenieros Nazis de construir un jet que podría haber cambiado el curso de la guerra, en opinión de los entendidos.
Para fabricar una réplica del Ho 2-29 el año pasado, destinada a un documental que se estrena el domingo, un equipo de la corporación de defensa Northrop Grumman utilizó los planos originales y el único Ho 2-29 intacto, que el gobierno estadounidense ha conservado durante más de 50 años.
El Ho 2-29 de plano alar completo se asemeja más a un bombardero B-2 actual o a una nave sacada de La Guerra de las Galaxias, que a cualquier otro avión de la Segunda Guerra Mundial. Fabricada en madera y movida por motores de propulsión a chorro, la aeronave se diseñó para desarrollar velocidades de 970 kilómetros por hora.
Artillado con cañones de 30 mm y dos bombas de 500 kilogramos, el modelo se concibió para causar el mayor daño posible en sus incursiones.
El primer Ho 2-29 realizó un exitoso vuelo de prueba en los albores de la Navidad de 1944, pero ya en esa época se acababa el tiempo para los Nazis, por lo que nunca tuvieron el suficiente para perfeccionar el diseño ni producir más de una decena de prototipos.
El determinar las capacidades de ocultación del Horten podría ayudar a los científicos a revelar qué habría sucedido si el Ho 2-29 se hubiese desplegado masivamente en un escenario bélico.
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