El pentagrama, según Rudolf Koch en El Libro de los símbolos, es «una estrella de cinco puntas dibujada de un solo trazo de pluma: este signo pertenece, al igual que muchos otros representados en este libro, a los más primitivos símbolos de la humanidad, y es ciertamente, mucho más antiguo que los caracteres escritos. Signos de esta especie son de los más antiguos que se poseen. Los pitagóricos lo llamaban Pentalfa, y los sacerdotes celtas "el pie de la bruja».
sábado, 22 de agosto de 2015
El rosetón pentalfa de San Bartolomé de Ucero.
El rosetón de la iglesia románica de San Bartolomé de Ucero es una celosía calada formada por diez corazones entrelazados que dibujan la figura de una estrella de cinco puntas. Ángel Almazán nos recuerda que para los sufíes el corazón es el órgano del la intuición y la comprensión de los misterios divinos es descrito por Ibn-al-Arabí (1165-1240). La palabra corazón proviene de la raíz indoeuropea "krd", con el significado "centro". René Guénon, en su obra "Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada", analiza el simbolismo tradicional del corazón indicando que representa el centro del ser en su totalidad: es un símbolo de centro, ya se trate del centro de un ser o del centro de un mundo o universo. Algunos lugares han sido considerados sagrados desde tiempos remotos. El simbolismo de este rosetón estaría indicando que el entorno natural del cañón del río Lobos es uno de esos enclaves mágicos, el verdadero templo del mundo donde rendir tributo a la diosa que todo lo sustenta: la Madre Tierra.
El pentagrama, según Rudolf Koch en El Libro de los símbolos, es «una estrella de cinco puntas dibujada de un solo trazo de pluma: este signo pertenece, al igual que muchos otros representados en este libro, a los más primitivos símbolos de la humanidad, y es ciertamente, mucho más antiguo que los caracteres escritos. Signos de esta especie son de los más antiguos que se poseen. Los pitagóricos lo llamaban Pentalfa, y los sacerdotes celtas "el pie de la bruja».
El pentagrama, según Rudolf Koch en El Libro de los símbolos, es «una estrella de cinco puntas dibujada de un solo trazo de pluma: este signo pertenece, al igual que muchos otros representados en este libro, a los más primitivos símbolos de la humanidad, y es ciertamente, mucho más antiguo que los caracteres escritos. Signos de esta especie son de los más antiguos que se poseen. Los pitagóricos lo llamaban Pentalfa, y los sacerdotes celtas "el pie de la bruja».
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