sábado, 19 de octubre de 2013

Maximino el Tracio: un emperador con fama de bestia

Cayo Julio Vero Maximino, conocido como Maximino el Tracio (173-238), fue el primero de los llamados emperadores-soldado. Según el historiador Herodiano, nació en una aldea tracia, hijo de padre godo y madre alana. De ahí le venía su sintonía con los extranjeros. Cuentan las crónicas que padecía gigantismo, tenía una fuerza descomunal y usaba el brazalete de su esposa, Cecilia Paulina, como anillo.


Se hizo con la púrpura tras el asesinato de Alejandro Severo, en el que quizá tomó parte. Su popularidad entre la tropa era enorme y gracias a ella llegó al poder, sin necesidad de un decreto senatorial. Dice Herodiano que tenía el carácter de una bestia salvaje y que era un hombre cruel y sin escrúpulos. Supuestamente, las madres rezaban en los templos con sus niños para que Maximino, que pasó su reinado guerreando en tierras bárbaras, nunca pisara la ciudad eterna. Durante el asedio de Aquilea, sus soldados se amotinaron, le decapitaron junto a su hijo y mandaron las cabezas de ambos a Roma como trofeo.

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