El último dueño del pene de Napoleón,John Lattimer, murió el pasado día 17 de mayo, en Englewood. Había sido profesor de la Universidad de Columbia y coleccionista de reliquias militares, algunas de ellas un poco macabras. Cabe mencionar, que en la época en que murió Napoleón se concedía mucha importancia a las reliquias de personajes famosos. Tras la batalla de Waterloo, las posesiones del emperador fueron expuestas en distintas localidades de Inglaterra. Además del pene, había otras partes corporales: dos trozos intestinales, adquiridos por el Museo Real del Colegio de Cirujanos de Inglaterra en 1841. Estos trozos fueron destruidos en la Segunda Guerra Mundial durante un ataque aéreo.
El pene de Napoleón sigue dando que hablar aún a estas alturas de la historia. Lógicamente, una figura histórica tan famosa está rodeada de mitos, leyendas y simbolismos. Curiosamente, ya desde su muerte se intentó desvirtuar el mito de su potencia sexual. Por órdenes de uno de sus enemigos, el clérigo Vignali, se cortó el pene del cadáver de Napoleón y esté ha pasado por varias manos a partir de ese momento. El pene estuvo en posesión de la familia Vignali durante muchos años. Se supone que el clérigo no perdonó nunca a Napoleón que lo acusara de impotente.
En 1999 el supuesto pene de Napoleón fue vendido por 4 mil dólares en una subasta y John Lattimer, un urólogo estadounidense, se convirtió en su nuevo propietario. Según los datos que el urólogo aportaba, “el tamaño del pene era de 4,1 cms. y en erección alcanzaría un máximo de 6,6 cms.”. Se sabe que el emperador Napoleón padecía un desorden endocrino, el cual limitó el crecimiento normal de sus genitales. Se casó dos veces y tuvo un hijo. Se sabe que era un incansable amante y que allá donde iba conquistaba a alguna mujer, casi siempre casada o comprometida.
Estos datos pueden ser un consuelo para aquellos que centran el éxito amatorio en la longitud del miembro. Ciertamente, entre los atributos de Bonaparte, no destacaba su estatura ni la longitud de su pene y sin embargo tenía un gran carisma y despertaba pasiones.
Es posible que nunca sepamos con certeza si el objeto atesorado por la familia Lattimer estuvo alguna vez unido al cuerpo de Napoleón o no. Algunos historiadores ponen en duda que el médico hubiera podido escamotear el órgano con tanta gente entrando y saliendo de la estancia donde el emperador falleció, otros sugieren que tal vez que el sacerdote Vignali hubiese ordenado cortar una muestra parcial. Lo cierto es que muerto Napoleón su órgano sexual sigue dando mucho que hablar.
Fuente. http://www.elmundo.es, http://mentirasmascomunesenlahistoriadelperu.blogspot.com.es
Está claro!!! tenía cerebro.
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