Esquilo (456 a.C.): Este importante dramaturgo griego decidió exiliarse al campo después de que el oráculo predijese que iba a fallecer aplastado por una casa. Según la leyenda, poco tiempo después un quebrantahuesos dejó caer una tortuga desde gran altura justo sobre el lugar en el que se encontraba Esquilo. El quelonio golpeó contra su cráneo ocasionándole una muerte instantánea. El oráculo no se había equivocado.
Arrio de Alejandría (336): El fundador de la doctrina cristiana conocida como Arrianismo, perdió la vida de una forma bastante desagradable. Al parecer, fue envenenado por sus enemigos con una sustancia que no tenía un efecto inmediato. La muerte le llegó mientras se encontraba en el Palacio Imperial durante la visita del emperador Constantino I. Los registros indican que falleció a causa de una fuerte diarrea repentina acompañada por una fuerte hemorragia interna y una expulsión anal de los intestinos. Todo ello, mientras estaba caminando.
Georg Wilhelm Richmann (1753): Este físico alemán afincado en Rusia tiene el dudoso honor de ser la primera persona fallecida a causa de un accidente durante un experimento de tipo eléctrico. Ocurrió en San Petersburgo, mientras Richmann trabajaba con unos enormes globos de centellas eléctricas. Por un error, una de ellas se descontroló y lo mató al golpearle en la cabeza.
Gus Grissom, Ed White y Roger B. Chaffee (1967): Los tres astronautas que formaban parte de la tripulación de la misión espacial Apolo I fallecieron cuando, durante una de las pruebas previas al lanzamiento, un cortocircuito provocó un incendio dentro de la nave. Al estar presurizada con oxigeno puro, el fuego se extendió rápidamente, causándoles la muerte por asfixia en apenas 17 segundos. Este desastre sirvió para mejorar la seguridad de las cápsulas que acabarían llevando al hombre a la Luna.
Thomas Midgley (1944): Este ingeniero mecánico, químico e inventor estadounidense patentó hasta 170 invenciones a lo largo de su vida e, irónicamente, falleció a causa de una de ellas. A los 51 años contrajo la poliomielitis y se vio obligado a permanecer postrado en la cama. Para poder desarrollar algunas actividades por sí mismo, ideó un complejo sistema de cuerdas y poleas con las que mover su cuerpo. Sin embargo, un fallo en el sistema provocó que se enredase en las cuerdas del aparato, que acabaron causándole la muerte por estrangulamiento
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