Primera prospección científica de la arqueología submarina lucense

Al contrario que la costa atlántica gallega, la cantábrica aún carece de una carta arqueológica subacuática. Por primera vez en la historia, hoy arranca en Viveiro una prospección que continuará en Ribadeo, con el objetivo de catalogar entre ocho y diez pecios, de los que hay constancia en esas dos rías. Es una investigación pionera porque nunca hasta ahora se habían investigado, con metodología y rigor científico, restos de naufragios en A Mariña. Condicionados por el ajustado presupuesto, los resultados contribuirán a proteger el patrimonio submarino y, donde no sea demasiado tarde, procurar evitar el espolio.

Con los alrededor de 25.000 euros que se invierten, la prospección la define la Consellería de Cultura como «a primeira fase de aproximación». El dinero lo aporta el Ministerio de Cultura, en un convenio con la Xunta para desarrollar en Rande, Fisterra y A Mariña el Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. Ayer, en el Club Náutico de Ribadeo, la investigación la presentaron tres cargos de la Xunta, el alcalde de Ribadeo, un técnico autonómico y el director de la empresa que en tres semanas perfilará la primera carta arqueológica subacuática de la costa lucense.

Según Eugenio Rodríguez, jefe de servicio en Arqueoloxía de la dirección gallega Patrimonio, Argos, la empresa de arqueología submarina contratada, incluye en su proyecto investigador «referencias de entre oito e dez pecios». Esos restos de naufragios son el objetivo. Queda comprobar si en el fondo de las rías de Viveiro y Ribadeo quedan esos vestigios de la historia de los que hay constancia en las fuentes documentales y bibliográficas consultadas por Argos, e incluso si hay más. De la presencia de algunos sí hay testimonios, como en Ribadeo, donde miembros del colectivo Illa Pancha tienen localizados «varios». Y en Viveiro se sabe de la posición de uno, la fragataMagdalena, de la que la Armada española retiró piezas en la década de los setenta del siglo pasado. Rodríguez insistió en que esta será «a primeira campaña científica sistemática».









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