domingo, 10 de julio de 2011

La leyenda de "TARPEYA"

Cuenta la leyenda que en la época de Rómulo -en la Roma antigua- los romanos se atrincheraron en la fortaleza del Capitolio para resistir el ataque de los sabinos, pueblo que habitaba entre el Tiber y los Apeninos, a pocos kilómetros de Roma. Con lo que no contaban los romanos es que Tarpeya, la joven hija de guardián de la citada fortaleza, Tarpeyo, al enamorarse del rey sabino, Tito Tacio, decidió abrirle las puertas de la misma para poderse unir a él. 

Los sabinos, gente de honor, no admitían la traición en ningún caso, por lo que tampoco admitían la realizada por un enemigo en su favor. Por ello, nada más pisar la fortaleza del Capitolio mataron a la traidora Tarpeya aplastándola con el peso de sus escudos.

La Leyenda siempre nos proporciona los detalles más maravillosos y de mayor interés de los sucesos, que a veces poco tienen de históricos o verdaderos, por esa razón nos podemos encontrar con que de lo que se cuente pueda haber varias versiones; como de hecho también sucede con los acontecimientos históricos, en función de cómo y quien los interprete. En este sentido, vamos a citar dos versiones más sobre la traición y muerte de la traidora Tarpeya. La primera de ellas es que fueron los mismos roanos, al comprobar la traición, quienes la arrojaron desde una roca ubicada en lo más alto de la fortaleza del Capitolio; roca desde la que despeñaba a los traidores. En el presente, la citada roca todavía es conocida como la Roca Tarpeya.

Hacia el año 500 a. C.Lucio Tarquino el Soberbio, séptimo rey de Roma, niveló la cima de la roca, retirando de ella los altares construidos por los sabinos, y construyendo un templo dedicado a Júpiter Capitolino. En la cima también se construyó un templo dedicado a Saturno, que contenía el tesoro de Roma, y que fue saqueado por Julio César en el año 49 a. C.
En la última versión que aún nos resta por citar, el amor de la joven Tarpeya se transforma en avaricia, ya que la hija de Tarpeyo abrió las puertas de la fortaleza a los sabinos a cambio de recibir de éstos los brazaletes de oro que llevaban en el brazo izquierdo. En este caso, la muerte de Tarpeya se produjo al ser aplastada por el peso de los citados brazaletes, al írselos arrojando los invasores según iban entrando en la fortaleza del Capitolio.

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