Un equipo científico internacional, con participación española, ha demostrado que incluso estrellas de neutrones con un campo magnético externo normal pueden generar explosiones de rayos gamma y sufrir grandes picos de luminosidad, actividad que hasta ahora sólo se había detectado en magnetares. Este hallazgo obliga a revisar los modelos teóricos tradicionales sobre el origen y evolución de los magnetares, que podrían ser mucho más frecuentes de lo que se pensaba hasta ahora, según los investigadores de este estudio, quienes han anticipado los resultados en Science Express.
Los magnetares son un tipo de estrella de neutrones caracterizadas por expulsar en un breve período de tiempo enormes cantidades de energía en forma de rayos X y rayos gamma, lo que constituye uno de los fenómenos más enérgicos del universo, según ha informado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Para llegar a estas conclusiones, el equipo, liderado por astrofísicos del CSIC, ha estudiado durante más de un año la estrella SGR0418, descubierta en junio del pasado año cuando el satélite Fermi detectó una explosión de rayos gamma que provenía de ella.
Usando varios satélites de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), los científicos han concluido que tiene todas las características de un magnetar (emisiones muy energéticas de rayos gamma y X) pero que, a diferencia de los conocidos hasta el momento, su período rotacional no decrece y su campo magnético en superficie es mucho menor.
"Hasta ahora se pensaba que estas radiaciones tan energéticas eran debidas al gran campo magnético tanto interior como exterior de la estrella, que provocaban que se rompiera la corteza de la estrella y la materia saliera disparada, cargándose de energía X y gamma", ha explicado Nanda Rea, del Instituto de Ciencias del Espacio.
Sin embargo, ha continuado, el campo externo es aquí menor que en otros magnetares y aún así se detectan emisiones muy intensas, "lo que nos hace sospechar que debe de haber un campo magnético interno mucho mayor que el del exterior de la estrella (que es el que nosotros podemos medir)". Este descubrimiento "nos obliga a replantear los modelos y explicaciones que se manejaban hasta ahora para el origen de estos objetos", ha puntualizado esta científica.
Los magnetares son tan energéticos que pueden afectar a la ionosfera terrestre e interrumpir las comunicaciones. Fue lo que pasó en 2004, cuando la explosión de rayos gamma del magnetar SGR 1806-20, a más de 50.000 años luz de distancia, alcanzó la atmósfera terrestre y paralizó muchos de los satélites durante varias décimas de segundo.
"Las estrellas de neutrones son bastante frecuentes: sólo en nuestra galaxia hay unas 2.000 ó 3.000", ha comentado Rea. De ellas, la gran mayoría son púlsares y tan sólo 16 se consideraban como magnetares. Sin embargo, el descubrimiento y estudio de la estrella SRG 0418 obliga a reconsiderar este planteamiento. "Si estrellas con un campo magnético externo tan bajo pueden comportarse así, podría ocurrir que muchas de las estrellas de neutrones que conocemos fueran magnetares en potencia, dormidos hasta que se dieran las condiciones adecuadas para que se desencadene una explosión", ha apuntado Rea.
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